Glovo asegura que todos sus repartidores serán asalariados desde el 1 de julio
La empresa no especifica cuántos ‘riders’ compondrán la plantilla, pero informa a los sindicatos de que en total ha enviado 20.000 ofertas de empleo. Propone acogerse a un convenio de 2006


Glovo, la empresa de reparto que durante años ha desafiado a la justicia y a las leyes laborales con su sistema de falsos autónomos, dice que completará la transición a un modelo laboral el 1 de julio. Fuentes de la compañía informan que en tres semanas dejarán de operar con autónomos, como ha adelantado El Mundo. Este anuncio concreta el que ya hicieron en diciembre de 2024 y que se ha hecho esperar más de seis meses, cuando indicaron que dejarían atrás el modelo de riders por cuenta propia, un sistema rechazado por el Supremo y sancionado por Inspección de Trabajo y Seguridad Social. La compañía hizo ese anuncio, a finales del año pasado, solo un día antes de que el cofundador de la empresa Oscar Pierre declarase ante la justicia acusado de un delito contra los derechos de los trabajadores, en el marco de un proceso penal.
Según indicaron los sindicatos con representación en la empresa a este periódico la semana pasada, Glovo les había dicho que a lo largo de junio completaría el envío de 20.000 ofertas de empleo a repartidores que venían operando como autónomos. La empresa no confirma esta cifra, y ahora tampoco especifica cuántos repartidores estiman que aceptarán dichas ofertas. Las mismas fuentes sostienen que podrán concretarlo en los próximos días, según vayan recibiendo respuestas de los repartidores.
Los sindicatos manifiestan desconfianza ante este plan anunciado por Glovo, dado el historial de incumplimientos de la compañía. “Hay problemas con los trámites, muchos compañeros tienen incertidumbre, dudan si responder o no...”, indican desde UGT. En estos meses la empresa ha testado un sistema de subcontratación que CC OO denunció ante Inspección, al considerar que se daba una “cesión ilegal” de empleados a compañías impulsadas ad hoc por la propia Glovo.
La empresa defiende que en estos meses “se ha acudido a flotas externas para garantizar la operativa en este tránsito” y explica que “en distintas situaciones, para mantener la actividad, así como testear el modelo laboral, cambios operativos, etc, se ha acudido a terceras empresas; se trata de algo habitual en el sector”. La empresa no contesta a la pregunta sobre si estas flotas fueron impulsadas por Glovo, como denuncia CC OO. Sí confirma, como anticipó Pierre hace dos semanas en el foro de Cinco Días CREO, que ahora plantea un modelo 100% laboral, de contratación directa.
Según explican los sindicatos, la empresa está ofreciendo el convenio de mensajería de 2006, “con tablas muy desfasadas, lo que dejaría a todos justo en el salario mínimo”, según la interpretación de UGT. Pero sería una vía legal a diferencia de lo que ha hecho hasta ahora. También están en liza las horas de cada repartidor: Glovo les da a elegir entre las registradas por Inspección o un promedio de la actividad del rider en los seis meses previos.
CC OO y UGT dicen ir con “pies de plomo” ante las promesas de laboralización de Glovo. “Hay muchos flecos por resolver. No nos están dando información clara por territorios. Sabemos de qué empresa estamos hablando, no nos fiamos”, dicen desde CC OO. “El movimiento es positivo, pero estamos pendientes. Nos reservamos cualquier acción legal o sindical si no cumplen”, agrega UGT.
Multa de Bruselas
El pasado lunes trascendió un nuevo revés para Glovo: la Comisión Europea mutó con 329 millones a la empresa española de reparto y a su matriz, Delivery Hero, por pactar entre ellas no fichar a trabajadores de la otra compañía. Nunca hasta el momento las autoridades de Competencia de Bruselas habían sancionado esta práctica que cercena una de las posibilidades de mejora de las condiciones laborales de los trabajadores, especialmente entre los cualificados. Este hecho fue destacado por la vicepresidenta de la Comisión Europea encargada de Competitividad, la española Teresa Ribera, al presentar la sanción.
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